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15 de abril de 2025
Cada uno de los gigantes tecnológicos que conoces hoy -Facebook, WhatsApp, Google- fue una vez una empresa emergente. Y detrás de cada una de ellas hubo alguien que creyó en su visión, se arriesgó... y amasó una fortuna 💸.
Estas audaces apuestas iniciales se denominan inversiones de capital riesgo, y han construido imperios para los inversores.
En este artículo, descubrirás:
✨ Cómo funciona el capital riesgo
📈 Las mayores historias de éxito del capital riesgo
💡 Y cómo puedes empezar a invertir en startups, ¡sin necesidad de tener millones en tu cuenta bancaria!
El capital riesgo (VC) es una forma de financiación de capital privado en la que los inversores -conocidos como capitalistas de riesgo- financian startups en fase inicial que muestran un alto potencial de crecimiento. A cambio, reciben capital o una participación parcial en la empresa.
Tradicionalmente, estos inversores forman parte de empresas de capital riesgo, instituciones que reúnen el dinero de personas adineradas, empresas o incluso fondos de pensiones. A continuación, estas empresas identifican, invierten y fomentan startups que creen que podrían ser el próximo Google o Airbnb del mañana. ¿Su objetivo? Entrar pronto y sacar mucho dinero cuando la empresa sea adquirida o salga a bolsa.
Puede que pienses que todo es cuestión de suerte. Pero el capital riesgo es tanto ciencia como arte.
Cuando las empresas de capital riesgo evalúan las startups, se fijan en varios factores fundamentales. El equipo que respalda la empresa es crucial: ¿son los fundadores apasionados, experimentados y motivados? El tamaño del mercado es otro factor importante: ¿se dirige la empresa a un nicho de mercado o a una audiencia global masiva? Luego está la tracción: ¿muestra ya la empresa signos de crecimiento y demanda por parte de los clientes?
También tienen en cuenta la singularidad del producto, la escalabilidad del modelo de negocio y si la nueva empresa puede lograr una gran "salida" -una oferta pública inicial o una adquisición- en un plazo de 5 a 10 años. En esencia, el capital riesgo consiste en asumir riesgos calculados sobre ideas no probadas pero prometedoras, con la esperanza de dar con el próximo unicornio 🦄.
La historia del capital riesgo está repleta de rentabilidades asombrosas. Recorramos algunas historias legendarias, de esas que construyeron multimillonarios y transformaron el mundo de los negocios.
Uno de los ejemplos más famosos es WhatsApp. Cuando la aplicación de mensajería sólo tenía unos pocos millones de usuarios y casi ningún ingreso, Sequoia Capital vio su potencial. Invirtió 60 millones de dólares en dos rondas y se convirtió en el único inversor de riesgo de la empresa. Cuando Facebook adquirió WhatsApp en 2014 por la asombrosa cifra de 22.000 millones de dólares, la participación de Sequoia valía más de 3.000 millones de dólares, un retorno de 50 veces su inversión original. No está mal para una aplicación silenciosa y sin anuncios.
Luego está la propia Facebook. En 2005, Accel Partners dio un salto de fe e invirtió 12,7 millones de dólares en una red social que, en aquel momento, era sólo para estudiantes universitarios. La gente pensó que estaban locos. Pero cuando Facebook salió a bolsa en 2012 con una valoración de 104.000 millones de dólares, la participación de Accel valía la increíble cifra de 9.000 millones de dólares, lo que la convirtió en una de las operaciones de capital riesgo más lucrativas de la historia.
Una de las historias más notables de inversión en startups es la de Eric Lefkofsky y Groupon. Como cofundador y primer inversor, Lefkofsky ayudó a lanzar la empresa con una inversión inicial de un millón de dólares y la guió a través de sus primeras etapas . Cuando la empresa salió a bolsa en 2011 con una valoración de 13.000 millones de dólares, sus acciones restantes valían 3.600 millones. ¿Aún más impresionante? Antes de la OPV, ya había cobrado 386 millones de dólares a través de reembolsos anticipados de acciones, algunas de las cuales fueron adquiridas por sólo 546 dólares .
Luego está el gigante del comercio electrónico: Alibaba. La empresa japonesa SoftBank asumió un riesgo audaz en 2000 al invertir 20 millones de dólares en una joven empresa china de Internet dirigida por un excéntrico profesor de inglés llamado Jack Ma. En 2014, Alibaba lanzó la mayor OPV de la historia, valorando la empresa en 231.000 millones de dólares. La participación de SoftBank se había disparado a más de 60.000 millones de dólares, un retorno de 3.000 veces que sigue siendo inigualable.
Y no podemos olvidarnos de Google. En 1999, cuando el motor de búsqueda no era más que un experimento de dos estudiantes de Stanford, Sequoia Capital y Kleiner Perkins invirtieron 25 millones de dólares. Cuando Google salió a bolsa en 2004, su inversión combinada ascendía a más de 4.200 millones de dólares cada una. Su previsión ayudó a lanzar una de las empresas más transformadoras de la historia moderna.
Durante décadas, el capital riesgo fue un club exclusivo reservado a los más adinerados y con más contactos. Pero las reglas del juego han cambiado.
Gracias al crowdfunding, cualquiera puede invertir en empresas emergentes.
A través de plataformas en línea como Crowdcube, Tudigo, Companisto y otras, las startups pueden recaudar dinero del público a cambio de capital. Esto significa que puedes invertir tan sólo 100 euros y convertirte en accionista de una empresa en la que crees.
El proceso es sencillo:
Una startup crea una campaña de financiación en una de estas plataformas. Los inversores -desde principiantes a profesionales- pueden navegar, leer planes de negocio, ver lanzamientos e invertir directamente a través del sitio web. Si la empresa tiene éxito, tú ganas cuando ellos salgan. Si tiene dificultades, bueno... eso forma parte del riesgo. Pero no sólo está comprando acciones: está respaldando sueños, ideas e innovación.
¿Por qué probar el crowdfunding de capital?
Es accesible, emocionante y potencialmente rentable. Además, no sólo inviertes en el próximo unicornio tecnológico, sino que también contribuyes a su crecimiento.
En crowdinform.com, nuestra misión es simple: hacer que la inversión en startups sea accesible para todos, no sólo para los ricos, no sólo para los profesionales.
En nuestra plataforma encontrarás reseñas fiables de sitios de crowdfunding de capital, aprenderás a detectar startups con gran potencial y recibirás información actualizada sobre las mejores oportunidades de inversión.
Y no se pierda nuestro canal de YouTube - CrowdInform Invest - donde cada semana destacamos las startups más interesantes en las que puede invertir hoy.
Así que, tanto si sueña con encontrar el próximo Google como si simplemente quiere apoyar la innovación al tiempo que aumenta su patrimonio, ahora es el momento de empezar.
Te deseamos que inviertas con éxito... ¡y nos vemos en el próximo vídeo! 🚀